Subimos siempre las escaleras andando para que nuestras piernas se endurezcan, vamos al gimnasio para que nuestros brazos estén fuertes, hacemos abdominales antes de dormir para tener un vientre plano, pero ¿qué pasa con la vagina? Cuanto antes empieces a realizar deporte para la vagina, menos tendrás que lamentar en el futuro. En temas vaginales, es mejor prevenir que curar. Nunca es demasiado pronto para empezar con los ejercicios para la vagina ya que no te llevarán demasiado tiempo ni esfuerzo.
Los beneficios del deporte vaginal son obvios. En primer lugar, gracias a la práctica de este tipo de ejercicios podrás conocer mejor tu vagina, lo que te será muy útil para saber qué es lo que te gusta y qué te hace disfrutar más. En lo relacionado con la sexualidad, nunca está todo aprendido, por lo que nunca hay que parar de experimentar. Al realizar estos sencillos deportes, explorarás tu vagina y puede que descubras que un determinado movimiento o roce en cierta parte de la vagina es muy placentero.
Gracias a este tipo de deporte, tu vagina podrá mantenerse siempre joven, con todos los beneficios que ello conlleva. Los ejercicios ayudarán en gran medida a prevenir las pérdidas de orina que se desencadenan con el paso del tiempo. También te servirán para que tus músculos estén en forma garantizando unos orgasmos más intensos. Además, estas prácticas te ayudarán a recomponer la forma de tu vagina después de un parto.
Tipos de ejercicios vaginales
Hay varias formas de realizar deporte vaginal. Cada tipo de ejercicio sirve para fortalecer el suelo pélvico. Por ejemplo, puedes practicar los archiconocidos ejercicios de Kegel. Son muy sencillos, ya que solo es necesario que contraigas la vagina y la relajes una y otra vex en varias tandas. Solo tienes que pensar que sujetas con fuerza algo entre los labios vaginales y que lo lanzas lejos de ti. Con el tiempo, serás capaz de apretar con más fuerza la vagina y durante más tiempo. Puedes probar a hacerlo tanto de pie como tumbada o sentada.
Otra opción son las bolas chinas. Se trata de un ejercicio muy cómodo, ya que solo tendrás que introducirlas en la vagina -como si fuera un tampón- y hacer una vida normal. A medida que te acostumbres, serás capaz de llevarlas durante periodos más largos. También puedes hacer ejercicios con pesas vaginales.
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