Coloca la caja de arena en un lugar tranquilo. Los gatos prefieren hacer sus necesidades en un lugar tranquilo en donde no haya mucha acción ni ruidos fuertes en el entorno. Sin embargo, a los gatos tampoco les gusta tener una caja de arena demasiado alejada.
Asegúrate de que tu gato tenga acceso físico a su caja de arena. Si tu gato es viejo y tiene problemas para saltar o escalar, no coloques la caja en una plataforma elevada ni en alguna otra área difícil de alcanzar.
Evita las áreas ruidosas o muy transitadas. Por ejemplo, no coloques una caja de arena cerca de la lavadora o en un pasillo hacinado por el que caminen demasiado. Los gatos quieren paz y privacidad, pero también quieren algo práctico.
No coloques la caja de arena de tu gato muy cerca de sus recipientes de comida y agua. Esto puede disuadir a tu gato de usar la caja de arena.
Coloca a tu gato en su caja de arena por un corto tiempo después de las comidas. También puedes colocar a tu gato en su caja por un corto tiempo después de que despierte y después de jugar, ya que en todos estos momentos la mayoría de los gatos quieren excretar sus desechos. Colocar a tu gato en su caja de arena en los momentos en los que probablemente necesite hacer sus necesidades (como después de consumir una comida o cuando acaba de despertar) podría ayudarle a recordar usar la caja de arena cada vez que quiera ir al baño
Mantén limpia la caja de arena. Los gatos no querrán usar una caja de arena sucia y podrían miccionar o defecar en la casa.[5]
Usa guantes de goma cuando vayas a tocar las heces del gato, para reducir el riesgo de contraer toxoplasmosis.[6]
Recoge los desechos sólidos y las masas de arena sanitaria con orina absorbida todos los días. Lávate bien las manos después de tocar la arena sanitaria para gato manchada, incluso si has usado guantes.[7]
Haz una limpieza exhaustiva una vez a la semana. Esto consiste en retirar la arena vieja, lavar la caja de arena con un detergente suave, enjuagar bien el jabón, secar por completo la caja y colocar una capa fresca de arena sanitaria. Solo debes agregar aproximadamente de 5 a 7 cm (2 a 3 pulgadas) de arena sanitaria cuando llenes la caja.[8]
Usa una arena sanitaria que tu gato disfrute. Hay muchos tipos diferentes de arena sanitaria para gato hecha de una variedad de materiales diferentes. El factor más importante es encontrar la arena que tu gato quiera usar. La mayoría de los gatos prefieren la arena sanitaria aglomerante sin aroma.[9] Sin embargo, tu gato podría preferir algo diferente, en especial si es adoptado y ha crecido acostumbrado a algo en su antiguo hogar. Observa a qué responde tu gato y adáptate según corresponda.
Los tipos más comunes de arena sanitaria para gato son la de arcilla, la aglomerante, la de cristales o gel de sílice y la biodegradable.[10]
Cambia de arena sanitaria de forma gradual (en lugar de hacerlo abruptamente) para reducir la sorpresa y la confusión de tu gato. Mezcla todos los días una cantidad pequeña de la nueva arena con la arena que tu gato use por un periodo de 3 a 5 días. Si cambias de arena de forma gradual, tu gato no notará la diferencia.[11]
Si tu gato hace sus necesidades constantemente en una maceta, podría preferir usar tierra en lugar de arena sanitaria. Esto puede ser problemático en especial en los gatos que solían vivir al aire libre. Trata de cubrir la caja de arena de tu gato con tierra para maceta y observa si la usa.
Premia a tu gato por usar la caja de arena. Elógialo inmediatamente después de que termine de usar la caja de arena. Esto desarrollará hábitos positivos y le enseñará que ese es el lugar en el que debe hacer sus necesidades
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